Days 3 & 4, still grazing, but winding that part of the trip down….
Takoyaki at Fresh Mojoilla, stall 26, New World Mall, Flushing. We went to check out this famous food court in the basement of the New World Mall, a beacon of pan-Asian street food and more elaborate dishes. We tried various dumplings, and we considered many other dishes – we could easily have spent the whole day there, and more than one day. In the end though, we had other places on our radar, and finished off with excellent takoyaki, fried octopus balls, topped with Japanese kewpie mayonnaise and bonito flakes.
Takoyaki en Fresh Mojoilla, puesto 26, New World Mall, Flushing. Fuimos a visitar este famoso patio de comidas en el sótano del New World Mall, un faro de comida callejera panasiática y platos más elaborados. Probamos varios dumplings y consideramos muchos otros platos: podríamos haber pasado todo el día allí y más de un día. Al final, sin embargo, teníamos otros lugares en nuestro radar, y terminamos con excelentes takoyaki, bolas de pulpo frito, rematadas con mayonesa kewpie japonesa y escamas de bonito.
Steam Rice Rolls at Joe’s Steam Rice Roll, 136-21 Roosevelt Ave, Flushing. These Hong Kong style street snacks are famous, and it turned out, neither of us had ever tried them before. We’ve had similar dim sum dishes, but not exactly the same. Here, the rice batter is spread on a griddle, then topped with your choice of protein (we tried dried shrimp and beef versions) and a trio of vegetables from a short list of options (we added bean sprouts, cilantro, and green onions). These are so big they’re a meal in themselves, plus the woman sitting next to us insisted we share one of her jian bing, a Hong Kong style filled pancake. Delicious, all of them! Check this video, starting at 6:25 mark.
Rollos de arroz al vapor en Joe’s Steam Rice Roll, 136-21 Roosevelt Ave, Flushing. Estos bocadillos al estilo de Hong Kong son famosos, y resultó que ninguno de nos dos los había probado antes. Hemos tenido platos similares de dim sum, pero no exactamente lo mismo. Acá, la masa de arroz se extiende sobre una plancha, luego se cubre con su elección de proteínas (probamos versiones de camarones secos y carne de res) y un trío de verduras de una corta lista de opciones (agregamos brotes de soja, cilantro y verdeos) . Estos son tan grandes que son una comida en sí mismos, y más, la mujer sentada junto a nosotros insistió en que compartiéramos uno de su jian bing, un panqueque rellena al estilo de Hong Kong. Deliciosos, todos ellos! Mirá este video comienzando al punto 6:25.
Muslim Lamb Chops at Fu Run, 40-09 Prince Street, Flushing. I’ve been hearing about this amazing Middle Eastern influenced Chinese lamb dish for years, and never made it out to Queens to try it. Finally, we were only a block away when we’d finished off the rice rolls. Instead of continuing in our street food search, we decided to end our tour with this dish. Not lamb chops, but a whole lamb breast, slow cooked, cut into individual ribs, and then piled with a lightly oiled mixture of mild chili flakes, cumin seeds, and sesame seeds. Spectacular! As good as everyone has claimed.
Chuletas de cordero musulmán en Fu Run, 40-09 Prince Street, Flushing. He escuchado sobre este increíble plato de cordero chino con influencia de Oriente Medio durante años, y nunca fui a Queens para probarlo. Finalmente, estábamos a solo una cuadra de distancia cuando habíamos terminado los rollos de arroz. En lugar de continuar con nuestra búsqueda de comida callejera, decidimos terminar nuestro recorrido con este plato. No son chuletas de cordero, sino una pechito de cordero entera, cocida a fuego lento, cortada en costillas individuales y luego apilada con una mezcla ligeramente engrasada de copos de ají suave, semillas de comino y semillas de sésamo. ¡Espectacular! Tan bueno como todos han afirmado.
Sushi Omakase at Sushi Seki, 1143 1st Avenue, Manhattan. After two disappointing, and quite expensive sushi omakase dinners in a row, you might think we’d give up. But we were determined to have one really good sushi experience, and I thought of one of my favorites from years ago when I lived here. Seki is famous, perhaps infamous, for being open until 4 in the morning, and offering a haven for chefs, waiters, and restaurateurs to dine and drink, after their restaurants closed up at night. Between midnight and 4 am, you could find some of the city’s top chefs taking up seats at the sushi bar or neighboring tables. And, at half the price or less of the other two spots, this was as good as I remembered it, and far better than either of them offered. Favorite pieces of sushi out of the 19 bites? The first – a simple but delicious bluefin tuna, and a bold opening statement of “this is just how good we are”. Midway through, a delicate piece of salmon topped with a paper thin slice of grilled tomato, and at the end, a perfectly butterflied scallop with a spicy yuzu-koshu underneath instead of the usual wasabi.
Sushi Omakase en Sushi Seki, 1143 1st Avenue, Manhattan. Después de dos decepcionantes y bastante caras cenas de sushi omakase seguidas, podrías pensar que nos rendiríamos. Pero estábamos decididos a tener una experiencia de sushi realmente buena, y pensé en uno de mis favoritos de hace muchos años cuando vivía aquí. Seki es famoso, quizás infame, por estar abierto hasta las 4 de la mañana, y ofrece un refugio para que chefs, mozos y restauradores cenen y beban, después de que sus restaurantes cierran por la noche. Entre la medianoche y las 4 de la madrugada, podría encontrar a algunos de los mejores chefs de la ciudad ocupando asientos en el bar de sushi o en las mesas vecinas. Y, a mitad de precio o menos de los otros dos lugares, fue tan bueno como lo recordaba, y mucho mejor de lo que ninguno de los dos ofreció. ¿Piezas favoritas de sushi de los 19 bocados? El primero: un atún rojo sencillo pero delicioso, y como una declaración audaz de “esto es lo buenos que somos”. A medio camino, un delicado trozo de salmón cubierto con una rebanada delgada de papel de tomate asado, y al final, una vieira perfectamente mariposada con un picante yuzu-koshu debajo en lugar del habitual wasabi.
Peking Duck Bao at Golden Unicorn, 18 East Broadway, Manhattan. This is one of those huge dim sum cart places where people take a number and wait, as we did, for anywhere from 30 minutes to an hour for a table, which they then end up sharing with other folk they don’t know. Service is abrupt and as close to rude as they can get without being blatant about it, but it is efficient. The food, overall pretty mediocre, we selected eight different dim sum over about 45 minutes. At one point, they wheeled out a whole Peking duck, which carved tableside and made into bao, steamed buns. The only thing we ate worth returning for.
Bao de Pato Pekin en Golden Unicorn, 18 East Broadway, Manhattan. Este es uno de esos grandes lugares donde se realiza un carrito de dim sum, donde las personas toman un número y esperan, como lo hicimos nosotros, por una mesa de 30 minutos a una hora, que luego terminan compartiendo con otras personas que no conocen. El servicio es abrupto y lo más grosero que puede ser sin ser descarado, pero es eficiente. La comida, en general bastante mediocre, seleccionamos ocho dim sum diferentes en unos 45 minutos. En un momento, salieron con un pato de Pekín entero, el cual esculpió el lado de la mesa y se convirtió en bao, bollos al vapor. Lo único por lo que comimos vale la pena volver.
Escargots with Herb-Garlic Butter; Pan Roasted Skate at Le Parisien Bistrot, 163 E. 33rd Street, Mahattan – Veering off from our heavily Asian dining of the first three days, an evening out at a delightful little French bistro. All five dishes we tried were tasty, but the standouts were the rich, buttery, garlicky snails (sadly, only six of them), and the perfectly cooked skate with green beans and roasted potatoes. Very reasonably priced. Best bistro meal I’ve had in a long time.
Escargots con manteca de hierbas y ajo; Raya Dorado al Sartén en Le Parisien Bistrot, 163 E. 33rd Street, Mahattan – Alejándose de nuestra gran banquete asiática durante los primeros tres días, una velada en un encantador y pequeño bistró francés. Los cinco platos que probamos eran sabrosos, pero los más destacados eran los caracoles ricos, mantecosos y con mucho ajo (lamentablemente, solo seis de ellos), y la raya perfectamente cocinado con judías verdes y papas asadas. A un precio muy razonable. La mejor comida bistro que he tenido en mucho tiempo.